FLINGAR IMPERIALIS

 adga

Crónicas del Archipiélago Oculto




Crónica V: Los Goblins de la Discordia





Sabida es la debilidad de Hans, el conde elector de Unabhägigkeitburgo por los goblins. Por motivos que no vienen al caso, disfruta enormemente torturándolos y desfigurándolos. Algunos opinan que Hans es un sádico y un malvado, pero bien es cierto que en el mundo guerrero en que vivimos la piedad es un lujo que uno no puede darse. Será quizás por eso que tras expandirse el rumor acerca del descubrimiento por parte de los flingardianos una incipiente pero bien nutrida comunidad de orkos en la provincia de Dalaborn, Hans montó en cólera y partió a reclamar su parte de pielesverdes. Su corazón se llenó de odio y sin dar tiempo a sus tropas montó en su caballo y galopó en dirección al campamento flingardiano. De sus ojos manaba fuego, tan terrible y alta era su estampa que quienes lo veían lo confundían con Karl Franz en persona.



Hasta ese momento los escribas y naturalistas imperiales habían declarado el Archipiélago del Fin del Mundo como libre de la peste verde, pero ese descubrimiento cambió las cosas. Así, mientras la maquinaria bélica flingardiana avanzaba al ritmo de sus motores de vapor, Hans apareció sorpresivamente, violando los acuerdos previos de no agresión ni invasión territorial firmados entre pueblos del Imperio. No hubo intercambio de embajadores ni negociación previa aunque por un breve, fatal instante, ambos ejércitos titubearon. Pero la ansiedad de Hans hizo que éste arengara sus tropas con maestría, y mientras los flingardianos retomaron su avance, el ejército de Unabhägigkeitburgo les salió al choque.







Sin embargo hubo algo con lo que ningún general contó: la presencia en la zona de miasmas tóxicos. Así, de improvisadas chimeneas naturales, comenzaron a brotar nubes de un color blancuzco que se desplazaron caprichosamente por el campo de batalla. Las primeras fueron arrastradas por el viento hacia los flingardianos, ocasionando entre éstos graves bajas. Los hombres olían el tóxico y caían desmayados al instante, viéndose imposibilitados de pelear. Sin amedrentarse avanzaron las tropas imperiales.



Vapores tóxicos emanaban regularmente de estas extrañas tierras por motivos desconocidos.




El ejército de Hans.




Los flingardianos.




Un tenso minuto de calma antes de la debacle.




Los exploradores tomaron posición en un bosque cercano, y los tanques de vapor prometieron llevar ruina a las filas enemigas. Magistrales salvas de fuego de artillería hicieron estragos entre los enemigos de Flingar y comprometieron seriamente las caballerías que eran el orgullo de Unabhägigkeitburgo. Las cargas de los tanques de vapor fueron violentas e inmisericordes. El blindado de Hans, por su parte, se hallaba alejado del centro de la batalla, y pese a la pericia de sus conductores tuvo que dar un largo rodeo hasta llegar a la misma.




Flingar avanza.





Exploradores, el tanque MK2 y un grupo de herreruelos partieron a tomar un flanco.





El tanque flingardiano MK3 se las arregló para luchar valientemente contra el enemigo, pero las tropas de Hans estaban armadas con poderosas armas de dos manos y tras varios martillazos la gloria de Flingar colapsó en un amasijo de hierros retorcidos. Constantemente asediados por las nubes tóxicas, los flingardianos continuaron luchando y lograron diezmar el ejército de Hans. Sin embargo, eso tuvo un costo muy alto entre las tropas de Flingar y la pérdida del MK3 perjudicó severamente su capacidad operativa.




Al fondo el MK3 cargando la caballeria enemiga.






La diezmada caballeria de Hans.





El fin del combate.




Cayendo la noche el alto mando flingardiano ordenó un cese al fuego y retirada, cediendo efectivamente la provincia a Unabhägigkeitburgo. Sin embargo Hans se limitó a realizar un campamento nocturno y al amanecer del día siguiente, con algunos de sus heridos curados, partieron hacia el enclave de los orkos. Allí se dedicaron a capturar todos los que pudieron. Prendieron fuego lo poco que los pielesverdes tenían y se los llevaron a todos atados con grilletes de vuelta a sus territorios.







El conde Elector de Flingar recibió días más tarde una esquela en donde Hans le agradecía por haberle permitido ocuparse del problema de los goblins. No hacía mención alguna a la batalla, y por esto entre la comandancia flingardiana comenzó a rumorearse que el líder de Unabhägigkeitburgo no estaba del todo en sus cabales. Sin embargo, como Flingar ocupaba aún el territorio, se tomó la actitud de Hans como otra de sus excentricidades y no hubo necesidad de informar al emperador ni llevar la cosa a más.





Ficha Técnica

Contendientes
Jkrax (Imperio)
Hans (Imperio)

Tamaño de los ejércitos
2500 puntos

Fecha
Julio 2010

Resultado
Victoria decisiva favorable al Imperio de
Unabhägigkeitburgo.

1 comentario:

  1. Muy bueno Krax!, aparte veo ya una considerable colecion de reportes.
    excelente!

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