FLINGAR IMPERIALIS

 adga

Cronica VII

El Resurgir de Light Daemon






Preludio

Los historiadores imperiales no logran ponerse de acuerdo y a menudo se enfrascan en grandes debates inútiles, sí, pero entretenidos sobre cuál fue la peor manifestación del caos. Un imperial alto y de voz gruesa venido de Hochland dijo que fue Kholek Comesoles, al que apenas pudieron someter tras ocho cargas continuas de caballería. Otro escolar bajito y de grandes gafas venido de Talabheim manifestó que el Príncipe Sigvald también fue de temer, que sólo una carga combinada de tres tanques de vapor pudo contenerlo cuando ya estaba a las puertas mismas de la ciudad. Sin embargo, fue el asistente de Nuln el que trajo el nombre terrible a la mesa de debate: Archaon, Señor del Fin de los Tiempos.




Toda la tarde continuaron los imperiales hablando sobre la odisea que fue detener a Archaon. Trajeron mapas, trajeron registros, trajeron libros de historia. Contentos, revivieron las hazañas imperiales realizadas para detenerlo. Lo recordaron a él y a los principales generales de su ejército. Sin embargo, un nombre igual de ominoso se escapó de la charla: Light Daemon.









Sucedió en aquella época que hubo muchos cambios. La horda más grande del caos en décadas se había juntado y las fuerzas del orden les dieron combate. Hubo, si, grandes batallas, enormes pérdidas y victorias heroicas. También hubo un demonio menor que pronto ganó prestigio. Lideró a los suyos contra los enanos con violentas victorias, y también combatió a los imperiales. Sufrió la traición de los orcos, y tuvo que huir antes de perderlo todo. Vagó con sus pocos seguidores, se vio obligado a esconderse como los cobardes. Pero un fuego de odio nublaba su mente y su corazón, y llegó finalmente el día en el que logró reconstruir sus fuerzas. Partió con gran ira hacia las tierras imperiales y golpeó súbitamente y sin piedad. Arrasó poblados y caravanas. Y cuando se sintió a plena potencia, Light Daemon miró hacia el cielo, a lo lejos, la ciudad con esos extraños globos voladores. Y hacia allá conminó a su ejército; hacia allí partieron las bestias sin nombre, los condenados, los demonios carmesí, las caballerías legendarias, los masacradores de pieles verdes y un sin fin de unidades más.









Mientras tanto, en el Imperio.


- ¿Cómo se llama la nueva invención?
- Fantabulástico arrojador de cohetes semidirigidos acoplable del profesor Vanderbohen –dijo sin ocultar su orgullo el profesor Vanderbohen-.
- ¿Y funciona? –preguntó el miembro del comité.
- Si, como no. Mire si no.



En ese momento un pegaso mecánico flingardiano pasó por sobre sus cabezas con gran estruendo. Aterrizó lejos, no sin antes disparar unos cohetes que se le habían adaptado en el costado izquierdo. Los cohetes trazaron estelas grises en el firmamento, parecieron desviarse pero finalmente impactaron directamente en un lanzavirotes capturado a los elfos oscuros. Tanto la maquina de guerra como los muñecos de madera que representaban a su tripulación estallaron en pedazos. Visiblemente impactado, el miembro del comité dijo:


- ¿Y cuando podremos ponerlo en acción en batalla?

el profesor Vanderbohen dijo:

- En cuanto necesitemos…


El sonido de los caballeros abandonando a toda prisa la ciudad no le permitió continuar; tras ellos los enormes tanques de vapor iban a desplegarse al frente dejando tras de sí profusas humaredas. El jinete imperial comandó a su pegaso mecánico para seguirlos.









Combate


La incursión del caos tomó por sorpresa a las patrullas fronterizas, las cuales fueron masacradas sin piedad, y lograron llegar bien adentro de los límites imperiales. Las fuerzas armadas fligardianas respondieron prontas y en breve, ambos ejércitos se hallaron cara a cara.





Despliegue.





Detalle de las filas de infantería caóticas.






La caballería imperial, marchando orgullosa.






Tanques imperiales desplegando junto a los outriders.





La unidad de exploradores tomó por sorpresa a los caóticos saliendo desde adentro de una casa. En la foto, la unidad recorre el perímetro de la misma y se prepara para el combate.





Las implacables caballerías del caos, en formación. A la vanguardia, los masacradores de pieles verdes, en la retaguardia, Light Daemon junto a los demonios carmesí.





Las caballerías, tanto de uno como de otro bando avanzaron rápidas. Los imperiales dispararon sus cañones, pero una de las unidades había sido armada muy aprisa y terminó estallando en una bola de fuego ensordecedora. Cientos de perdigones salieron de las largas filas de arcabuceros, silbando entre el viento e impactando a sus enemigos. Cada tanto se veía caer un bárbaro por aquí, un mastín de guerra por allá, víctimas de la implacable pólvora imperial. El pegaso mecánico disparó sus letales cohetes contra los caballeros del caos, logrando que uno impactara de lleno. La coraza del caballero estalló en una nube de humo y chispas, y su corcel maldito se encabritó, pero cuando todo se hubo disipado el caballero permanecía en pie, orgulloso. Los ingenieros imperiales no pudieron creerlo: el caótico había resistido el impacto directo de un cohete con su pecho.





Otra violenta carga de la caballeria imperial, causando 9 bajas y obligando a huir a los bárbaros sin cabeza.




Atento, el tanque de vapor Könislav MK3 salió a toda velocidad y cargó contra la primera caballería enemiga. Los caballeros del caos (la infame unidad conocida como los Masacradores de Pielesverdes) sorpresivamente se replegaron ante el ataque del vehículo imperial. El Oberkommando supo, al observar esto, que los caóticos se traerían alguna sucia treta ya que es raro verlos retroceder.




Los Outriders imperiales, disparando contra las hordas de infantería enemiga.




Efectivamente, el tanque se detuvo, su caldera ya sin potencia, y quedó justo a merced de Light Daemon y sus caballeros, los Demonios Carmesí. Exhaustos los motores, los caóticos cargaron con toda su ira contra el tanque de vapor. Los magos caóticos, mientras tanto, lanzaron terribles maldiciones contra los flingardianos hasta que en un momento un hechizo salió críticamente mal.




Ante la sorpresiva huída de los Masacradores de Pielesverdes, el tanque de vapor quedó a merced de sus enemigos.




Los Demonios Carmesí, cargando contra el Könislav MK3.




Entonces las fibras mismas de la realidad se desdibujaron en un agujero pavoroso y de allí adentro surgió una gigantesca mano con forma de garra que aprisionó a un hechicero caótico y a cinco infortunados guerreros que estaban cerca suyo; la garra se cerró sobre ellos y desapareció misteriosamente, dejando sólo desesperación y sangre entre las filas caóticas.





La caballería de Flingar, en tanto, arrasó fácilmente una unidad de mastines y luego cargó contra un gran bloque de bárbaros causando numerosas bajas y obligándolos a huir. Los outriders dispararon una lluvia de plomo contra una unidad de mastines, destruyéndola por completo, y más tarde hicieron lo mismo con una caballería ligera. El tanque MK3 continuó recibiendo los violentos azotes del caos. La unidad MK2 marchó para apoyarlo mientras una unidad de exploradores cargaba en auxilio del vehículo. El Capitán del pegaso intentó acudir en ayuda del MK3, pero quedó congelado de pavor ante la potencia de los caóticos y no se movió de su lugar.




Imbatible carga por el flanco de la caballería imperial.





La unidad MK2, intentando socorrer al MK3. Desafortunadamente para los imperiales, llegó demasiado tarde.




Para cuando el tanque MK2 arribó al lugar, ya era tarde. El MK3 yacía destruido y caído hacia un lado. Grandes nubarrones negros abandonaban su carcaza mientras el fuego se esparcía por doquiera. Sus patas, majestuosas y potentes, yacían rotas y dos de ellas habían sido quebradas en la caída. Del ingeniero que lo operaba no había rastros. El Clima era desolador.





La caída. Light Daemon, rodeado por todos los flancos. Hacia el fondo, la caballería imperial acercándose veloz.




Los altos mandos flingardianos montaron en cólera al observar lo sucedido. Prestos, dieron la orden de atacar con todo lo que hubiera. Así, el tanque MK2 exigió su caldera al máximo y cargó junto con los exploradores, el pegaso mecánico y la caballería. Lamentablemente los caballeros no lograron llegar en el momento exacto y perdieron la plena potencia de la carga. Sin embargo entre las demás unidades habían rodeado a los demonios carmesí junto con su líder. Fue tal la ira de los imperiales que toda la unidad de caballería fue arrasada. Light Daemon se vio rodeado y en problemas. Atacó con gran ira el pegaso mecánico y se deshizo de él con un golpe certero. Luego, escapó a lomos de su bestia profiriendo maldiciones. Detrás suyo, su ejército completo yacía masacrado. Con palabras de venganza amenazó a los imperiales y se perdió en la lejanía.










Epilogo

Orden Directa del Oberkommando telegrafiada de emergencia a todas las factorías industriales:
Prioridad 0 STOP Könislav MK3 destruido STOP Cesar toda producción actual STOP Comenzar producción inmediata partes MK3 STOP Ingenieros arribando mañana a primera hora STOP













Ficha Técnica

Contendientes
Jkrax (Imperio)
Dark Angel (Caos)

Tamaño de los ejércitos
2000 puntos

Fecha
Enero 2010

Resultado
Masacre a favor del Imperio.

2 comentarios:

  1. HOLA, SOY AMADEUS Y TE CUENTO QUE LEO TUS BATALLAS TODAS LAS SEMANAS Y LE PONES ESE TINTE TAN LINDO PARA NARRARLAS QUE ME CREO QUE YO TAMBIEN ESTOY EN ELLAS ... GRACIAS POR PERMITIRME VIAJAR Y JUGAR CON LA IMAGINACION. NO DEJES NUNCA DE LADO EL NIÑO QUE LLEVAS DENTRO !!

    SALUDOS AMADEUSS!!
    Y ADELANTE CON ESAS BATALLAS....IMPERIALES POR SUPUESTO!!JAJJAJJ

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  2. me encanta como narras las batallas,pero me gustaria que un dia un gran ejercito sitiara la misma ciudad de flingar,buena ya se vera un saludo.

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