FLINGAR IMPERIALIS

 adga

La batalla por las ruinas de Nordland: La Guerra del Durazno












Tras la caida de Norland ante el azote de diversos ejércitos provenientes del norte, en la era que luego dio en llamarse Del Gran Cataclismo (la 8va era del mundo en realidad), hubo un período de confusión y barbarie en tierras de Norland. Las ciudades fueron abandonadas en raudas caravanas y la gente buscó refugio en pueblos cercanos; los caminos se volvieron inseguros y por un tiempo, el comercio se interrumpió; sobre el Conde Elector de Norland se ha hablado y escrito mucho, pero lo cierto es que no hay pruebas concluyentes sobre su destino final. Algunos dicen que abandonó el reino y a su gente y escapó a vivir con los elfos del cercano bosque de Laurelorn y nunca más apareció a la vida pública; otros dicen que resistió hasta el final (esperando refuerzos que nunca llegaron) y sólo cayó cuando la última alamena Nordlandesa fue finalmente destruida; los más románticos incluso dicen que lideró la célebre carga suicida de los Montes Siempre Verdes. Cualquiera haya sido el caso, no es éste el tema que nos compete; si no lo acontecido a los territorios y al pueblo de Norland tras su caída. 



 El despliegue de Dubnia:
















Flingar, el gran país industrial del norte, había pasado recientemente por una revolución pero se estaba recobrando. Al mismo tiempo y ante las oleadas migratorias venidas de Norland otro imperio buscó resurgir: Dubnia. Y fue de esa forma como las luchas por pacificar el territorio los llevaron, al final, a enfrentarse en un amargo combate entre viejos aliados. Los flingardianos necesitaban las minas de hierro que había en territorio norlandés, y los dubnios necesitaban la tierra cultivable para sus interminables plantaciones de durazno (árbol y fruto muy apreciado en Dubnia).



Las crónicas de Arismundi, ese misterioso compilado con batallas arcaicas que ha llegado a nuestros días, comentan que al amanecer se encontraron ambos ejércitos enfrentados en los valles de Nordland. Por motivos desconocidos (pero que varios autores creen fue por lo súbito del avance sobre el país abandonado) ninguno de los ejércitos contó con el soporte de sus famosos tanques de vapor. 




Se dice que Dubnia fue con herreruelos, muchos espadachines y algunos alabarderos; su temible caballería también estuvo presente y su parque de artillería incluía dos cañones y un mortero. Los Flingardianos aportaron un ejército similar, solo que su artilleria consistía en 3 cañones y una artillería de cohetes. A último momento salió de las ruinas de un pueblo cercano una turba iracunda de locos enfurecidos y guiados por un Profeta del Apocalipsis; este pintoresco aunque peligroso grupo vio en la batalla el símbolo inequívoco del Fin de los Tiempos, y obedeciendo sus propios caprichos, decidieron luchar del lado de Dubnia. 


Panorama General



Comenzó entonces la descarga de artillería de ambos bandos que fue, según las crónicas, poco efectiva. Las caballerías de ambos rodearon un bosque cercano tratando de flanquear las fuerzas principales; las infanterías avanzaron lentamente. 









El primer error, siempre según Arismundi, fue el de la caballería flingardiana; avanzaron mucho y fueron embestidos por los caballeros enemigos con tanto ímpetu que fueron literalmente barridos del campo de batalla; años después bajo ese mismo bosque una partida arqueológica flingardiana halló las armaduras de al menos 7 caballeros que se presume, murieron en esa batalla. Este movimiento logró abrir un flanco a la caballería dubnia y éstos aprovecharon entonces a destruir un cañón cercano. Es por esto que los flingardianos tuvieron que enviar una falange de alabarderos como refuerzos; dicha fuerza tuvo que abandonar entonces el centro de la batalla. Lucharon encarnizadamente pero al final la potente caballería dubnia, envalentonada, los hizo retroceder, solo para ser borrada a cañonazos. 


El choque de las caballerias


La caballería dubnia logra así destruir una artillería flingardiana




Las artillerías continuaron tronando mientras en el centro, chocaron las infanterías. Tras duros combates que (según Arismundi) “llenaron de polvo las horas de la tarde”, terminaron sin un vencedor claro. Aquí y allá yacían muertos y agonizando soldados de ambas facciones; el pintor ogro Gralí (quien posteriormente logró fama mundial al pintar una serie de cuadros sobre la vida diaria entre los ogros de Ren Culoasesino) estaba en las inmediaciones y nos llegan fragmentos de su obra “desolación”, en donde se muestran los harapos teñidos de rojo, el fuego y el humo y la desesperación en los rostros de cientos de hombres tirados en aquella llanura de Norland. El portaestandarte flingardiano sufrió un preciso disparo de cañón que lo mató, y al caer el estandarte los flingardianos pelearon con menos brío; con todo no se puede achacar el resultado solo a esto.







El punto álgido de la batalla se dio en el centro, donde los dubnios esperaban que los flagelantes ayudaran en la carga crítica; pero éstos en cambio se mostraron reacios y esperaron; Arismundi dice que cayó entonces sobre ellos “la Ira de Dios” y los mató antes que pudieran hacer nada; sin embargo recientes investigaciones dan pruebas concluyentes de que fue la artilleria flingardiana con un cañonazo certero lo que obligó a la turba de flagelantes a huir. 














El violento combate central:

















Sin un ganador claro, los flingardianos no pudieron avanzar ya que sus unidades habían sido destruidas, y lo poco que les quedaba en pie a los dubnios tampoco ya que temían las potentes piezas de artilleria flingardiana que aún permanecían operativas; por todo eso promediando la tarde ambos contendientes se retiraron. 



El final del combate






En este punto Arismundi habla de la firma de un tratado de no agresión, es decir, una solución diplomática (el incluso lo cita como el “Pacto de los Duraznos en Flor”). Es cierto que hubiera sido lo más sensato, pero también es cierto que dicho pacto no consta en los archivos ni de Flingar ni de Dubnia, lo cual es raro y apuntaría a que dicho documento nunca existió. 



El explorador enano Gwalyn, quien vivió con Peluk-He BarbaHierro muchos años, comentó que en su opinión, y según le contaron antepasados, ambos imperios conservaron sus tierras sin poder avanzar por sobre las del enemigo, y asi Norland quedó repartida, al menos en ese momento, en partes mas o menos equiparables. Sin embargo con el tiempo estallaron otros combates por culpa de este territorio, en lo que se dio en llamar “La Guerra del Durazno”; finalmente, este enano sugiere que ante la amenaza de otros pueblos, tanto Flingar como Dubnia acordaron comerciar hierro dubnio por duraznos flingardianos, y la paz reinó nuevamente entre estos dos países; sin embargo las pruebas de esto son poco fehacientes y los escolares y eruditos del tema no logran llegar a un consenso. 


El general Perodn, arengando a las tropas







A continuación, se transcribe un manuscrito hallado en los archivos imperiales de Dubnia, el cual trata con tono irónico y distendido el tema, se cree que fue un folletín impreso con el objetivo de hacer reír a los dubnios; con todo, cierta razón tiene y narra esta parte del conflicto:





Tras años de paz y prosperidad en la reconvertida RSD (República Socialista de Dubnia), un incidente menor terminaría en tragedia.



Dos hambrientos arcabuceros flingardianos de paseo por la frontera dubnia robaron dos duraznos de una planta perteneciente a un ruralista dubnio que reaccionó aireadamente y recibió como respuesta varios disparos que le volaron su bisoñé de cabello de topo.



Indignado, el calvo chacarero elevó su queja al Soviet de Cosechadores de Duraznos local (el gremio más poderoso de Dubnia ya que el Conde Elector Halls era fanático de los duraznos). La indignación creció y se unieron otros soviets que marcharon a la Plaza central exigiendo pronta acción militar y el retorno del General Perodn.



El Conde Elector salió al balcón de la Casa de Gobierno vestido en su mejor bata y prometió traer al pomposo Dominicus Perodn quien formó un ejército y desafió a los flingardianos a luchar, lo que éstos aceptaron prontamente aunque antes ofrecieron las cabezas de los ladrones pero Perodn no aceptó porque ya se había puesto su uniforme y no quería volver a cambiarse.



Para esta batalla Flingar convocó a la temible Polvorosa, una caterva de avezados arcabuceros que se dice que cuando disparan al unísono tapan la luz del Sol y a la vez crean una humareda enceguecedora muy propicia para algunos pervertidos que revisten entre sus filas.



También llevaron sus máquinas de guerra, como el lanzacohetes, una invención monstruosa nunca vista por los dubnios que pensaron que se trataba de juegos de artificio para el año nuevo de la comunidad flingardiana oriental.



Perodn dejó el mando al temperamental General Arquidmenes Pucio ya que se dedicó a mantener el equilibrio entre las tropas. Puso en el centro a su Guardia de Hierro y a un flanco a los Descamisados Penitentes, dos facciones que se odiaban mutuamente.



Al comienzo del combate Arquimednes Pucio salió a comandar a la caballería de Dubnia: la temible Caballería del Clan Pucio, formada por sus enajenados familiares, un auténtico catálogo de alteraciones mentales e insolencias. 



La valiente caballería de Flingar no eludió el desafío pero desconocían a estos caballeros tan violentos como enemigos del jabón. La carga de los Pucio fue arrasadora, no quedó rastros de los flingardianos.



En el Centro del campo de batalla, el general de Flingar ordenó a sus falangistas contener al Clan Pucio, dejando el flanco derecho de su horda de guardias desprotegido. Allí los envió Perodn para luego hacer el flanqueo: “Avance! juventud maravillosa! Al frente para la Victoria!”, gritó para enardecerlos.



En tanto la Guardia de Hierro avanzaba por el centro recibiendo disparos de todos lados hasta que chocó con la guardia flingardiana y su potente ataque. Perodn logró mantenerlos firmes: “Aguanten! No les presten atención, así como yo no le presté atención a la oposición política, a la oligarquía, a la constitución nacional o a la Prensa libre!”.



En tanto, el Clan Pucio destruyó un cañón y luego chocó de frente contra la temible falange anti-caballería de Flingar. El general Arquidmenes no los dejó solos, salió de un bosque sorpresivamente y cargó por flanco también, solo sobre su caballo Yatrasto, conocido por llevar en su parte trasera un aviso que rezaba “Patadas sí, libros no”. 



Los flingardianos aguantaron, pero al final los Pucio se impusieron aunque con varias heridas. 



En tanto, la Guardia de Hierro de Perodn aguantó una ronda de combate y esperaba definir el combate con la carga por flanco de los Descamisados, pero los jóvenes se negaron a ayudar a la horda derechista.



Perodn montó en cólera y vaticinó: “ya se hará tronar el escarmiento, imberbes Penitentes”. Y tuvo razón. Al rato, un artillero flingardiano visiblemente ebrio tropezó con un cañón cuyo disparo desviado impacto de lleno en los Descamisados que volaron por los aires. Se supo días después que ese veodo artillero de Flingar fue nombrado por Perodn como Ciudadano Ilustre de Dubnia.



Sin flanqueo, la Guardia de Hierro cayó ante la horda flingardiana que luego giró para aguantar la carga de Pucio y su caballería. Nadie podía ya flanquear a los flingardianos, entonces Perodn, harto de las sandeces de las facciones de derecha e izquierda, se arremangó y cargó solo y a pie por flanco. Fue un éxito y el centro del campo de batalla fue para Dubnia. 



Pero luego un cañonazo fatídico de la artillería de Flingar terminaría con las vidas de los caballeros de Pucio, aunque Pucio sobrevivió y permaneció junto a los cuerpos de sus familiares caídos recuperando todo objeto de valor que pudiera revender para seguir comprando billetes de lotería.



Con las unidades principales de ambos bandos destruidas, los sobrevivientes acordaron una tregua. La Polvorosa se retiró sin bajas junto a algunas máquinas de guerra. Pucio, Perodn unos artilleros y la caballería ligera se fueron por su lado.











Ficha Técnica

Contendientes
Jkrax (Reinos Humanos - Imperio)
Martin Halls (
Reinos Humanos - Imperio)

Tamaño de los ejércitos
1500 puntos

Fecha
Marzo 2014

Resultado
Empate

Partida jugada con las reglas de Kings of War, de Mantic, 3ra edición; listas de "Reinos Humanos" para reemplazar la de "Imperio" de WH Fantasy.






No hay comentarios:

Publicar un comentario